Las fajas reductoras, también conocidas como prendas de compresión, se utilizan a menudo en la recuperación postquirúrgica, especialmente después de ciertos tipos de cirugías, como las abdominoplastias, liposucción, cirugía de hernia, cesáreas, entre otras. Aquí te explico por qué:
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Reducción de la hinchazón: La compresión proporcionada por la faja ayuda a reducir la hinchazón al mejorar el flujo sanguíneo y la circulación linfática. Esto puede acelerar el proceso de curación.
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Soporte y confort: Las fajas reductoras pueden proporcionar soporte a los músculos abdominales y a la piel, lo que puede ser especialmente útil después de una cirugía que afecte estas áreas. Esto puede hacer que el paciente se sienta más cómodo durante la recuperación.
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Prevención de seromas: Un seroma es una acumulación de líquido seroso en un lugar en el que se ha eliminado tejido. Es una complicación común después de ciertas cirugías, como la liposucción o la abdominoplastia. Las fajas reductoras pueden ayudar a prevenir la formación de seromas al aplicar presión constante en el área quirúrgica.
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Mejora de la cicatrización de las heridas: Algunos estudios han sugerido que las prendas de compresión pueden mejorar la cicatrización de las heridas al reducir la tensión en la piel y los tejidos subyacentes.
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Formación de contorno corporal: En cirugías estéticas como la liposucción, las fajas reductoras pueden ayudar a formar el nuevo contorno corporal al mantener los tejidos en su lugar mientras se curan.
¿Cuánto tiempo tengo que usar la faja?
El tiempo de recuperación y de uso de la faja depende del tipo de operación que te hayas hecho y de tus características fisiológicas. El especialista que te trate tiene que darte todas las indicaciones. En general, podemos decir que se debe utilizar durante cuatro a seis semanas después de la operación, con un uso diario de unas 22 horas. A medida que vayas avanzando en el proceso de recuperación, vas a ir regulando la cantidad de tiempo y horas que la usás.
Consejos para cuidar la faja portquirúrgica
A la hora de lavar y secar la faja tratá de tener ciertas precauciones. Son prendas delicadas y no queremos que se deformen ni que pierdan sus propiedades. Por eso es mejor que la laves a mano y con detergente neutro. Evitá los productos abrasivos y no uses la secadora porque puede dañar el tejido de lycra. Tampoco es conveniente que la pongas a secar al sol. Cuando la termines de lavar, escurrila bien para evitar que se deforme.
Muchas fajas tienen broches, cierres o abrojo. Secalos bien con una toalla o papel y no los expongas directamente al sol.
Y no te olvides que para que el uso de la faja sea efectivo y de buenos resultados, tenés que seguir al pie de la letra las recomendaciones que te da el doctor.
Agiliza el proceso de recuperación
Se recomienda su uso de la faja durante un período de entre uno y tres meses tras la operación. De hecho, si se deja de usar la faja durante los primeros 15 días del postoperatorio pueden originarse inflamaciones que afecten la zona intervenida y causen alteraciones en la silueta deseada.
En este período de tiempo la faja postoperatoria deberá estar colocada las 24 horas del día, y sólo debe quitarse para ducharse.
Además de la presión que ejerce sobre el área donde se realizó la liposucción, las fajas también proveen un soporte general para todo el cuerpo, otorgan comodidad y ayudan a obtener un mejor efecto estético. El médico que lleva a cabo el procedimiento quirúrgico es la persona que mejor puede aconsejar qué faja utilizar para lograr el resultado más satisfacctorio y lograr mayor comodidad durante el postoperatorio.